El panorama hospitalario es un entorno propicio al riesgo. Entre el aumento general de las enfermedades crónicas y los elevados índices de rotación que requieren sustituciones de personal a gran escala cada cinco años, los hospitales se enfrentan a multitud de retos. Lo que está en juego es la reputación de los hospitales y las preocupaciones económicas que van más allá de los riesgos tradicionales de infecciones, readmisiones y resbalones y caídas. Recientemente, Patient Safety and Quality Healthcare (PSQH) ha publicado su Encuesta de Perspectivas del Sector 2019, que ofrece información sobre las mayores preocupaciones en materia de seguridad de las organizaciones sanitarias de todo el país. Como cabría imaginar, los líderes del sector mencionaron una amplia variedad de problemas que podrían quitarles el sueño, pero los comentarios apuntaban a una conclusión clave: los hospitales podrían beneficiarse enormemente de la implantación de una gestión eficaz del riesgo empresarial (ERM) para hacer frente a los riesgos y tranquilizar las mentes.
Los riesgos más básicos pueden seguir siendo los más preocupantes.
En nuestra era digital, el panorama de riesgos se extiende mucho más allá de las paredes físicas de cualquier hospital: las violaciones de datos, el ransomware y otras amenazas a la ciberseguridad que acechan en la periferia siguen teniendo que tenerse en cuenta. Sin embargo, aunque no cabe duda de que el panorama de riesgos está evolucionando, los responsables sanitarios informaron de que las áreas de riesgo tradicionales siguen siendo muy preocupantes: los resbalones, tropiezos y caídas de los pacientes (64%), las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (58%), las confusiones en la medicación (54%), la violencia en el lugar de trabajo (34%) y la administración de antibióticos (32%) encabezan la lista. Y el 56% de los encuestados afirmaron que su centro sanitario es poco o muy ineficaz a la hora de abordar el agotamiento del personal, que puede duplicar el riesgo de incidentes relacionados con la seguridad del paciente. La comunicación -o la falta de ella- también fue citada por los responsables sanitarios como un problema clave. Puede parecer sencillo, pero cuando un paciente no se siente escuchado, las situaciones pueden tornarse fácilmente en crisis. A veces, para evitar estos riesgos basta con escuchar y responder con atención -incluso si el personal no tiene una respuesta inmediata a su consulta o problema- y trasladar la preocupación al departamento de relaciones con los pacientes. Resolver las quejas antes de que se conviertan en agravios mayores, reclamaciones y litigios, o en menores puntuaciones de satisfacción del paciente, es la primera línea de defensa cuando se trata de la gestión de riesgos hospitalarios y puede mitigar algunos de los sucesos de riesgo más graves y perjudiciales.
Los riesgos básicos pueden generar resultados brutales, pero la ERM puede ayudar.
Los riesgos tradicionales y de la nueva era a los que se enfrentan los hospitales pueden dañar la reputación de la institución y crear enormes cargas financieras y batallas con las aseguradoras. Un pequeño error debido a algo tan simple como el agotamiento o una mala comunicación puede provocar pérdidas millonarias a los pacientes y sus familias, así como a las aseguradoras. El Hospital Adventista Porter de Denver lo experimentó recientemente, tras anunciar que podían haber expuesto a algunos pacientes a infecciones como la hepatitis B, la hepatitis C o el VIH. El incidente provocó una importante demanda de más de 60 pacientes. Los fallos de comunicación entre el personal hospitalario fueron un factor en el 30% de los casos de mala praxis entre 2011 y 2016, lo que provocó casi 2.000 muertes y 1.700 millones de dólares en costes por mala praxis. Los enfoques de gestión de riesgos empresariales pueden ayudar a los hospitales a mitigar y gestionar estos riesgos. Cuando se trata de tropiezos y caídas de pacientes, no hay tecnología ni sistema que pueda intervenir y evitar que se produzca ese incidente concreto. Lo que pueden hacer los enfoques de ERM es permitir que los empleados introduzcan fácilmente información sobre sucesos de seguridad (como un resbalón o una caída) en un software que ayude al equipo de control de calidad a realizar un análisis en profundidad del suceso, que les ayude a perfeccionar los procesos y procedimientos, o a identificar las necesidades de equipamiento, para mitigar futuros riesgos y errores que podrían ser perjudiciales desde el punto de vista financiero y de la reputación. Para los problemas de comunicación, la ERM puede ayudar a eliminar las redundancias de información y las desconexiones de personal asociadas que se producen cuando se opera en silos. Los empleados pueden descubrir y abordar las quejas de los pacientes más rápidamente y evitar la escalada a quejas y reclamaciones. El personal también puede obtener una visión más precisa de la satisfacción general de los pacientes y hacer sugerencias para mejorar la atención y los procesos, si es necesario. La ERM crea una visión completa del riesgo en toda la empresa y descubre perspectivas que permiten al personal mejorar la seguridad del paciente, la calidad de la atención y el bienestar operativo, de reputación y financiero de la organización sanitaria. El panorama de riesgos de los hospitales puede ser hoy más desalentador debido a diversos factores, pero con el enfoque de ERM adecuado, los equipos pueden eliminar lo evitable y gestionar los riesgos inevitables. Obtén más información sobre los principales problemas y riesgos actuales del sector sanitario en el informe Perspectivas Anuales del Sector de la Seguridad y Calidad del Paciente 2019.