Conseguir presupuesto y recursos para un programa de gestión de riesgos integrado con éxito puede ser difícil. Incluso los líderes de riesgos más experimentados y elocuentes pueden tener dificultades para conseguir que las partes interesadas comprendan el valor de una mejor visibilidad de los riesgos en toda la organización. Aunque los ejecutivos de hoy deberían estar más abiertos que nunca a actualizar los programas de gestión de riesgos, dada la perturbación causada por la COVID-19, los presupuestos y recursos pueden seguir limitados por el daño económico generalizado. Si tienes problemas para conseguir presupuesto (o aceptación), puede que estés cometiendo uno de estos errores comunes:

  1. Hacer una petición sin establecer una relación.

    No entres en frío. En primer lugar, establece una relación y, en segundo lugar, presenta tus argumentos. Averigua qué es lo más importante para los responsables de la toma de decisiones y utilízalo para establecer una conexión personal. La gente está más dispuesta a ayudar a un amigo que a un desconocido: es la naturaleza humana. Encontrar puntos en común -intereses, aficiones, trayectorias profesionales y educativas similares- ayuda a establecer una buena relación. Si tu público se siente cómodo contigo como persona, lo más probable es que sea más receptivo a tu propuesta.

  2. Vivir exclusivamente en el pasado.

    Aunque un programa de IRM maduro puede haber ayudado a mitigar el impacto de COVID-19, no se gana nada señalando con el dedo o echando la culpa de lo que salió mal. Enmarca los puntos débiles del pasado como oportunidades de mejora. Proporciona ejemplos de cómo el IRM hará que la empresa sea más resistente en el futuro. Tu mensaje llegará alto y claro.

  3. No tener en cuenta los objetivos de los responsables de la toma de decisiones.

    En lugar de explicar cómo una nueva tecnología puede ayudar a tu equipo, hacer tus procesos más eficientes y tu vida más fácil, céntrate en las ventajas para los responsables de la toma de decisiones. Por ejemplo, si te diriges al director de cumplimiento, destaca cómo un programa de IRM ampliado ayuda a evitar sanciones y litigios por incumplimiento. Si te diriges al director general, céntrate en cómo el IRM puede proporcionar rápidamente datos críticos para tomar decisiones más precisas y oportunas. Cuando tus objetivos coinciden con los de quienes toman las decisiones, es mucho más fácil conseguir apoyo.

  4. No comunicar un ROI claro.

    Aunque es difícil poner una cifra exacta en dólares a algo como un ciberataque o un pleito multimillonario, hay formas de calcular el rendimiento global de una inversión en tecnología IRM. Para empezar, identifica los tipos de multas y gastos de litigios que han sufrido otros en tu sector, y úsalo para calcular el ahorro potencial de evitar esos costes. También puedes evaluar los recursos de personal que se ahorrarían con una mayor eficacia y vincularlo a un valor en dólares.

    Por ejemplo, si la automatización te ahorra 20 horas a la semana por un salario que se desglosa en, digamos, 50 $ por hora, eso supone un ahorro de 1.000 $ semanales para la empresa. Multiplícalo por el número de personas y horas ahorradas, y el impacto de la automatización por sí sola podría ser significativo.

    Esas horas extra pueden entonces redirigirse a tareas que aporten más valor estratégico a la organización.

 

Conseguir presupuesto en este clima económico puede ser difícil, pero el resultado final bien merecerá el esfuerzo de elaborar un argumento empresarial sólido. Las empresas con sólidos programas integrados de gestión de riesgos tienen una visión sin obstáculos tanto de los riesgos actuales como de los que se vislumbran en el horizonte, lo que mejora significativamente la agilidad y la resistencia. Y todo lo que prometa ofrecer ese tipo de ventaja se considerará dinero bien gastado.

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