¿Es posible gestionar los riesgos de la tercera década del siglo XXI utilizando herramientas y técnicas del milenio pasado? ¿Tus riesgos son los mismos? No hace tanto tiempo, los riesgos podían clasificarse ordenadamente y gestionarse de forma independiente. El departamento de gestión de riesgos podía supervisar una lista curada de riesgos, elaborar informes y actualizar periódicamente a la alta dirección sobre su estado. Aunque no siempre eran bonitas, las hojas de cálculo hacían el trabajo, muchas gracias. Ahora ya no. Una nueva realidad del riesgo
Los riesgos crecen hoy exponencialmente en número y complejidad. De hecho, un suceso de riesgo -como un ciberataque- puede afectar a las operaciones, las finanzas, la estrategia, la reputación y mucho más. Organizaciones de todos los tamaños se enfrentan ahora a una avalancha constante de acontecimientos impredecibles, mandatos más estrictos y un escrutinio implacable por parte de reguladores, inversores, empleados y clientes. De hecho, más de dos tercios de las organizaciones han experimentado una sorpresa operativa derivada de un riesgo que no habían previsto adecuadamente. Estas «sorpresas» pueden acabar paralizando -o destruyendo- la marca de una empresa, su reputación o incluso la propia organización. Con tanto en juego, no es de extrañar que el 65% de los consejos de administración pidan una mayor supervisión de los riesgos por parte de la alta dirección. Para proporcionar la información y los conocimientos necesarios sobre los riesgos hace falta algo más que mantener el statu quo: hace falta una Gestión del Riesgo Empresarial. Pon todos los riesgos en tu radar
La ERM es un proceso estructurado, proactivo y continuo que se aplica en toda la organización para comprender mejor todos los riesgos, cómo se relacionan entre sí y el impacto acumulativo en la organización. A diferencia de la gestión de riesgos tradicional, que se centra principalmente en los riesgos asegurables considerados de forma independiente, la ERM abarca todos los riesgos y oportunidades que afectan al rendimiento de una organización, incluidos los intangibles como la reputación.
Trata de aumentar el valor de una organización minimizando las pérdidas y maximizando las oportunidades de crecimiento. Con la ERM puedes gestionar el riesgo de forma estratégica, proactiva y holística. Un enfoque delsiglo XXI
Aunque la idea de implicar a toda la empresa en la gestión del riesgo puede parecer desalentadora, he aquí cinco razones por las que merece la pena elevar tu programa de gestión del riesgo al nivel de empresa:
- Respuesta más rápida. La ERM identifica todos los riesgos y la magnitud asociada, para que sepas a qué te enfrentas y puedas planificar tu respuesta con antelación. Así, en lugar de tomarte tiempo para averiguar qué hacer después de que se produzca un suceso, puedes pasar directamente a la acción y contener mejor las consecuencias.
- Mejor toma de decisiones. El impacto de un riesgo puede tener un efecto dominó sobre muchos otros. La ERM examina holísticamente todos los riesgos y el impacto colectivo en la organización, de modo que puedas tener en cuenta en tus decisiones las consecuencias tanto ascendentes como descendentes.
- Más colaboración. Ningún riesgo existe en un silo. El ERM reúne la información sobre riesgos de todos los rincones de la organización en un único lugar, donde todas las partes interesadas pueden comunicarse fácilmente y colaborar en la mejor línea de actuación para la organización.
- Mayor adaptabilidad. La ERM es un proceso flexible que se adapta fácilmente a las condiciones cambiantes del riesgo. Está diseñado específicamente para identificar los riesgos nuevos y emergentes, priorizar las acciones y medir los resultados en términos de valor creado para la organización.
- Una cultura más consciente del riesgo. El riesgo está en todas partes, y para preverlo y abordarlo eficazmente a nivel estratégico hace falta la participación de toda la empresa. Un programa de ERM fomenta una cultura consciente del riesgo implicando a personas de todos los niveles y funciones y haciéndolas personalmente responsables de identificar y gestionar el riesgo en su trabajo diario. Y cuanto más arraigada esté la gestión del riesgo en la cultura, más probabilidades tendrás de reducir las incertidumbres que podrían socavar el rendimiento futuro.
La ERM no elimina el riesgo, por supuesto, pero minimizará las sorpresas. Y si ocurre algo inesperado, tendrás los conocimientos, las herramientas y la cultura para convertir esos retos en oportunidades de éxito. ¿Estás preparado para gestionar con confianza y eficacia los riesgos de la tercera década del siglo XXI?
Para saber más sobre la ERM, por qué merece la pena y cómo empezar a gestionar el riesgo de forma integral, descárgate nuestro libro electrónico, Trazar el rumbo de la gestión del riesgo empresarial.