El Reino Unido «nunca se ha enfrentado, en tiempos de paz, a una lucha económica como ésta», dijo el canciller Rishi Sunak, al anunciar un paquete de medidas de apoyo a las empresas mientras la emergencia del COVID-19 se apodera de la nación. Pero, ¿serán suficientes y qué medidas ayudarán ahora a las empresas a sobrevivir a esta crisis?

Puede que las palabras del Ministro de Economía hayan tranquilizado un poco, pero la realidad es que el futuro es muy incierto para muchas empresas de todo el país. Muchas cosas están cambiando, a menudo hora a hora, y no cabe duda de que éste es el momento más difícil para las empresas de todo tipo. Algunos sectores se verán más afectados que otros, como la hostelería, el comercio minorista y el ocio, en los que se están introduciendo medidas específicas, como una exención de 12 meses de los tipos empresariales y la concesión de subvenciones de entre 10.000 y 25.000 libras. Otros sectores, como los servicios financieros, se encuentran posiblemente en mejor situación, ya que es posible permitir que muchos de sus empleados trabajen desde casa. Sin embargo, siguen enfrentándose a innumerables retos a la hora de gestionar cuestiones como la solvencia, la gobernanza y los asuntos normativos, así como de organizar una mano de obra que puede estar cada vez más desvinculada. La oferta actual del gobierno de un paquete de ayudas por un total de unos 330.000 millones de libras suena significativa -esta suma equivale al 15% del PIB-, pero el tiempo dirá si será suficiente. Pero por ahora, la preocupación de muchas empresas es poner en marcha medidas de contingencia para sus servicios clave, o simplemente intentar mantenerse a flote. Todo cambia
Cuando proceda, la nueva norma para las empresas es que todo el personal o la mayoría de él trabaje desde casa. Puede que algunas empresas ya estén preparadas para acomodarse a este cambio, pero lo más probable es que sea a una escala mucho mayor que la probada hasta ahora. Para contribuir a ello, varios proveedores, como Google y Microsoft, han puesto a disposición de forma gratuita sus herramientas de mensajería y trabajo a distancia. Las directrices gubernamentales relativas a los viajes no esenciales también han hecho que las empresas celebren muchas más reuniones y videoconferencias en línea, y que los proveedores de estos productos experimenten un fuerte aumento de la demanda. Puede que los negocios cara a cara se estén deteniendo, pero no se puede obviar el hecho de que las consecuencias de la pandemia ya están resultando extremadamente graves, no sólo desde el punto de vista sanitario. Los mercados bursátiles de todo el mundo siguen siendo extremadamente volátiles a medida que se afianzan la incertidumbre y las interrupciones en las cadenas de suministro. Los principales fabricantes de automóviles, como Vauxhall, Nissan, MW, Honda y Toyota, han suspendido la producción en el Reino Unido a raíz de la epidemia. El suministro de alimentos sigue interrumpido mientras los compradores presas del pánico vacían las estanterías preparándose para lo peor. Las escuelas cerrarán a partir de hoy, lo que aumentará la presión para encontrar guarderías para quienes no puedan trabajar desde casa. Planificación de la continuidad de las actividades: la mejor herramienta de supervivencia
La estrategia del gobierno, aunque ha recibido algunas críticas, ha consistido en planificar basándose en la contención, el retraso y la mitigación, con la medida más reciente del gobierno de imponer un bloqueo en todo el Reino Unido a partir del lunes por la noche. La esperanza es que al restringir los movimientos puedan frenar intrínsecamente la propagación de la enfermedad. El gobernador saliente del Banco de Inglaterra, Mark Carney, ha dado más garantías al respecto, afirmando que cree que habrá «perturbación» y no «destrucción» de la economía británica. El camino para los servicios financieros
La FCA también ha publicado sus propias directrices para las empresas, indicándoles que es necesario disponer de planes de contingencia para hacer frente a la pandemia y proporcionar apoyo tanto al personal como a los clientes.

También sigue existiendo la necesidad subyacente de que las empresas sean lo más resistentes posible y evalúen sus servicios empresariales clave frente a cualquier interrupción probable (tanto actual como futura). En cuanto a las responsabilidades normativas, esto también podría implicar la planificación de la sustitución de los principales interesados para cumplir los requisitos del Régimen de Altos Directivos y Certificación. También debe planificarse la forma de minimizar las interrupciones en el consejo de administración, y también se hace hincapié en la seguridad informática: los ciberdelincuentes podrían ser más propensos a atacar si se considera que una empresa es vulnerable. RRHH también tendrá que trabajar para garantizar que existen políticas y procedimientos claros en torno al trabajo a domicilio, especialmente para las empresas que están reguladas. En su sesión informativa de COVID-19 TV, el primer ministro Boris Johnson subrayó que «este país lo superará», pero incluso en esta fase parece seguro que debe haber un esfuerzo concertado masivo por parte de empresas y particulares. Desde luego, no será como de costumbre: se está pidiendo resiliencia en todas sus formas.