Standard Chartered acaba de publicar sus últimos resultados trimestrales, que muestran que está en vías de cumplir su objetivo clave para los accionistas, con lo que la cotización de sus acciones ha subido más de un 6%. Muchos accionistas se habrán sentido aliviados, ya que durante muchos meses, el otrora admirado banco multinacional se enfrentó a un aluvión de censuras reguladoras.

Había sido multada con unos 842 millones de libras por las autoridades estadounidenses y británicas por fallos en la lucha contra el blanqueo de capitales y por incumplir las sanciones impuestas a varios países, entre ellos Irán, Sudán y Cuba. Debe pagar 947 millones de dólares a las autoridades estadounidenses, incluido el Departamento de Justicia, mientras que la Autoridad de Conducta Financiera multó a Standard Chartered con 102 millones de libras, la segunda mayor multa por infracciones de blanqueo de capitales, sólo superada por los 163 millones de libras impuestas al Deutsche Bank en 2017. Precio elevado
Gran parte de las irregularidades se habrían producido entre 2009 y 2014 y se centraron en la sucursal de Dubai, que procesaba la mayoría de las transacciones de cuentas vinculadas a Irán. La FCA, por ejemplo, había señalado que un cliente de Standard Chartered pudo abrir una cuenta aportando unos tres millones de dirhams de los EAU (500.000 libras esterlinas), llevados a una sucursal en una maleta, y no había pruebas sobre la fuente investigada. También se acusó al banco de no realizar comprobaciones suficientes sobre un cliente que exportaba mercancías que podían tener una «aplicación militar» a países implicados en guerras. Mientras tanto, al imponer Estados Unidos su castigo, el fiscal general adjunto, Brian Benczkowski, declaró:

«La resolución de hoy envía un mensaje claro a las instituciones financieras y a sus empleados: si eludes las sanciones estadounidenses contra Estados delincuentes como Irán -o ayudas a quienes lo hacen- pagarás un precio muy alto

»
Pero, a pesar de las críticas y de las enormes multas, el planteamiento de Standard Chartered para hacer frente a la situación con eficacia parece estar funcionando y esto puede verse de varias maneras:

  • El banco dijo que aceptaba plena responsabilidad por las «infracciones y deficiencias de control», y añadió que la mayoría de estos incidentes tuvieron lugar antes de 2012.
  • Antes de que se anunciaran las multas, el banco dijo que había reservado 691 millones de libras porque preveía que se le impondrían multas, lo que, aunque no alcanzaba la cantidad real, demostraba que aceptaba que esto ocurriría.
  • Se dejó claro que la responsabilidad recaía en parte en dos antiguos empleados subalternos: se afirmó que conocían las conexiones iraníes de ciertos clientes y que conspiraron con ellos para infringir la ley.
  • Standard Chartered ha subrayado que ha «experimentado una transformación integral y positiva» desde que se produjeron los problemas de conducta y control.

Cambios radicales
Estos cambios, realizados desde 2012, incluyen una fuerte inversión en su programa de cumplimiento de delitos financieros y la contratación de un número «seis veces mayor» de profesionales en este ámbito. El banco declaró que también había realizado cambios en el consejo de administración, la alta dirección y el personal de gobierno, y que había creado un comité de riesgos de delitos financieros en el consejo, que incluye consejeros no ejecutivos independientes y asesores externos especializados en seguridad y asuntos jurídicos. Standard Chartered también fue objeto de un acuerdo de enjuiciamiento diferido (DPA), lo que significa que se trató al margen de un proceso penal. Sin embargo, aunque esto puede haber sido menos perjudicial desde el punto de vista de la repetición, el banco se ha visto obligado a endurecer sus procedimientos y debe verse que esto funciona de forma continuada. Durante los próximos dos años, Standard Chartered será objeto de vigilancia y las agencias estadounidenses tienen derecho a iniciar procedimientos penales si se producen fallos graves en el cumplimiento. Entonces, ¿significa esto que el banco puede ahora emprender un nuevo rumbo hacia el éxito futuro? Puede que sea demasiado pronto para saberlo, ya que se ha informado de que los problemas de Standard Chartered pueden no haberse resuelto del todo, y un informe del Mail on Sunday afirma que podría haber un caso de denuncia de irregularidades burbujeando bajo la superficie. La transformación de su enfoque de la gestión de riesgos va sin duda en la dirección correcta, pero el tiempo dirá si todo irá sobre ruedas.