El RMIS actual ofrece análisis y conocimientos a un nivel que antes era inimaginable, y se siguen abriendo nuevos caminos. Si sigues utilizando tecnología antigua, quizá no te des cuenta de lo que te estás perdiendo.
He aquí nueve señales de que ha llegado el momento de reevaluar tu RMIS:
- Presión de tiempo. Si pasas semanas o meses recopilando, consolidando, formateando y analizando datos manualmente para preparar una renovación, no tendrás mucho tiempo para dedicar en acciones estratégicas que añadan valor a largo plazo.
- Sistemas dispares. Si tus sistemas no pueden comunicarse entre sí, probablemente estés dedicando mucho tiempo a reunir los datos manualmente.
- Calidad de los datos. Encontrar y corregir un error en una hoja de cálculo gigante o en una base de datos desconectada es como encontrar una aguja en un pajar. Incluso los pequeños errores que pasan desapercibidos pueden causar estragos en la integridad de una base de datos, lo que puede suponer un desastre si esa información se utiliza para tomar decisiones empresariales críticas.
- Visibilidad limitada. Si los datos sobre riesgos, seguridad y siniestros se almacenan en numerosas ubicaciones, es casi imposible visualizar las relaciones entre los riesgos críticos y el impacto acumulado en la organización.
- Accesibilidad del sistema. Si tienes que volver a la oficina para, por ejemplo, rellenar un informe de incidencias, los detalles críticos pueden perderse u olvidarse, lo cual es un gran problema, ya que sólo puedes aprender de los errores que conoces.
- Informar. Si tienes que extraer manualmente información de numerosas fuentes, es posible que no puedas crear los informes más significativos. Y este tipo de informes «hágalo usted mismo» significa que tienes que empezar de cero cada vez que cambian las cifras o alguien quiere un informe diferente.
- Información segmentada. Si tienes que hacer un seguimiento de los datos en varios sistemas, no sólo estás dedicando un tiempo innecesario, sino que esto causa problemas con el flujo de trabajo, la coherencia de los datos y la visibilidad. Y es caro.
- Cumplimiento de la normativa. Las crecientes exigencias de cumplimiento, combinadas con un mayor escrutinio por parte de los reguladores, están aumentando la presión para producir más informes, con mayor precisión y en menos tiempo. Si tu sistema no puede soportarlo, podrías acabar pagándolo caro.
- Amenazas a la seguridad. Si la persona equivocada consigue acceder al sistema o realizar cambios en los datos, podrías tener graves problemas, sobre todo si la información es sensible.
Si te conformas con lo que tienes, puede que cada vez te resulte más difícil gestionar el riesgo de forma eficaz. ¿Te está frenando tu tecnología de riesgos?