Las nuevas herramientas y tecnologías -inteligencia artificial, automatización, plataformas sociales y más- prometen añadir más comodidad a las tareas cotidianas, o hacer que nuestras empresas funcionen más rápida e inteligentemente que nunca. Sin embargo, la misma tecnología que aporta nuevas oportunidades también crea nuevos riesgos. A medida que las empresas siguen digitalizándose, la gestión de las amenazas inherentes a esta transformación se vuelve crítica. Los riesgos digitales son diferentes para cada organización. Para algunas, como las empresas manufactureras, la oportunidad de automatizar procesos empresariales clave puede provocar despidos y los correspondientes riesgos operativos de la reducción de plantilla. Otras, como la industria editorial, se enfrentan a riesgos estratégicos a medida que la balanza se inclina hacia lo digital y se aleja de lo impreso. Independientemente del sector, el riesgo digital más común e inherente al que se enfrentan todas las organizaciones es la seguridad.

 

WhatsApp: Un caso reciente de gestión del riesgo digital

WhatsApp, la aplicación de mensajería social multiplataforma, fue pirateada recientemente por una empresa de ciberseguridad con sede en Israel que instaló malware llamando a los teléfonos de los usuarios para intervenir las llamadas y controlar la actividad de los usuarios. Aunque este tipo de ataques son poco frecuentes -y esta vulnerabilidad se solucionó rápidamente-, el suceso de riesgo es un recordatorio de que, independientemente de lo sólidas que sean las medidas de seguridad, si estás conectado a una red, estás en peligro. Tener un plan proactivo para hacer frente a las amenazas digitales antes de que se produzca un suceso es crucial. El riesgo digital no es sólo una cuestión tecnológica; es una preocupación empresarial. Para WhatsApp, cuyo liderazgo en el mercado se basaba en la percepción de la privacidad y la seguridad de la mensajería cifrada de extremo a extremo de la aplicación, la vulnerabilidad de seguridad puso en peligro su reputación. Afortunadamente, los equipos de ingeniería y seguridad pudieron parchear y actualizar el sistema rápidamente. Si no lo hubieran hecho, el incidente podría haberse convertido fácilmente en una situación que afectara negativamente tanto a la reputación como a los resultados de la empresa. A medida que las empresas se apoyan cada vez más en la tecnología, el riesgo digital sigue evolucionando y se hace más omnipresente. Pero con el enfoque adecuado, las empresas pueden protegerse del riesgo digital y centrarse en las oportunidades que ofrece la digitalización.

 

La gestión de riesgos no debe ser una ocurrencia tardía.

Para prepararse plenamente para la década digital de 2020, la gestión integrada de riesgos debe estar cosida al tejido de toda la organización. La gestión integrada de riesgos ofrece a los directivos una visión clara de los riesgos tanto operativos como estratégicos, al tener en cuenta los factores de riesgo de toda la empresa. Sin esta visibilidad desde el principio, es imposible saber qué amenazas podrían estar esperando al introducir una nueva tecnología en el mercado, o dónde podría ser vulnerable una organización al adoptar una nueva tecnología interna. Una visión integrada del riesgo marca la diferencia a la hora de proteger y limitar el impacto de cada posible amenaza digital. Nos acercamos a una nueva década, y el aspecto del riesgo digital dentro de 3-5 años podría ser muy diferente de lo que los gestores de riesgos piensan hoy en día. Sin embargo, el principio básico sigue siendo el mismo: la planificación proactiva de los riesgos en una fase temprana del proceso puede marcar la diferencia. Aprende cómo tu equipo puede estar preparado para los riesgos potenciales con una gestión de riesgos integrada.