Los hechos marcan la diferencia entre tener confianza en las decisiones tomadas durante una crisis y reaccionar en caliente. Aprovecha esta relativa calma dentro de la tormenta para desarrollar competencias en las que desearías haber invertido antes. Aquí tienes por dónde empezar:

  1. Consolida tus datos en un solo lugar.Los líderes necesitan acceso instantáneo a los datos de riesgo en tiempo real para tomar decisiones estratégicas difíciles que impulsen el éxito de la organización. Reúne todos los datos de riesgo -tanto de los riesgos asegurables como de los no asegurables- en un solo lugar, donde puedan analizarse, correlacionarse, compartirse y visualizarse de forma humana para una toma de decisiones racional.
  2. Añade automatización.Racionalizar y automatizar las tareas rutinarias para supervisar a los proveedores, el cumplimiento, la cadena de suministro, etc., añade eficacia y coherencia a estas funciones, al tiempo que acelera el tiempo de respuesta crítica en una crisis. La tecnología también puede conectar los datos entre estas funciones, para que comprendas plenamente el impacto de cada riesgo y las consecuencias de cada decisión, dentro o fuera de una crisis.
  3. Acelera tu transformación digital.La transformación digital que ya estaba en marcha se vio impulsada a toda velocidad por la COVID-19. Al cerrarse las sedes físicas, las empresas se apresuraron a implantar nuevas tecnologías para apoyar el trabajo a distancia. Las plataformas de videoconferencia, los servicios de streaming y el software para compartir documentos son ahora rutinarios, incluso para los fans acérrimos de los archivos en papel. Y no hay vuelta atrás. Las respuestas deben estar en un lugar fiable y fácilmente accesible para todos. Periodo.
  4. Controla a tus proveedores y socios externos.El coronavirus reforzó la importancia de controlar a tus terceros a lo largo de toda la relación, no sólo en el momento de la incorporación. Revisa periódicamente a tus proveedores de alto riesgo para identificar problemas de seguridad u operativos. Y ten preparado un plan de corrección para cualquier riesgo crítico y vulnerabilidad que surja.
  5. Agiliza tu función de cumplimiento.Las empresas que operaban sin controles bien definidos antes de la pandemia se vieron abrumadas por el interminable flujo de recomendaciones, requisitos y mandatos emitidos a nivel federal y estatal, así como a nivel regional y local. Cuando te replantees tus procesos de cumplimiento en el futuro, asegúrate de que dispones de controles claros y coherentes, así como de tecnología de apoyo, para supervisar eficazmente el estado de cumplimiento.
  6. Corta la cinta roja.La burocracia, los silos y los feudos personales te impiden obtener lo que necesitas, es decir, información rápida y fiable en la que basar tus decisiones. Averigua dónde existen cuellos de botella y aborda esos puntos de presión, para que los empleados no tengan que tomarse la justicia por su mano. Mantente abierto a nuevas formas de pensar sobre cómo reducir la burocracia sin comprometer la integridad.

En una crisis, obtener hechos rápidamente -y utilizar esos hechos para informar tu estrategia de respuesta- es esencial para un buen resultado. De lo contrario, cada decisión no es más que que un disparo en la oscuridad.

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