El gigante de Internet Google, junto con otros motores de búsqueda y proveedores de redes sociales, se enfrentan a una creciente presión para que dejen de aceptar publicidad de inversiones falsas y otros servicios financieros. Las denuncias contra Google están siendo dirigidas por Andrew Bailey, director ejecutivo saliente de la FCA, que en breve se convertirá en el próximo gobernador del Banco de Inglaterra.
Bailey ha admitido que el regulador no tiene poderes para bloquear a Google, pero ha dicho que ha habido conversaciones «constructivas» entre ambas partes sobre cómo proteger mejor a los inversores. Se entiende que la FCA quiere que Google intensifique su diligencia debida y realice más comprobaciones antes de aceptar publicidad, por ejemplo a través del registro del regulador y comparándola con su lista de estafadores conocidos no autorizados. Bailey comentó:
«Teniendo en cuenta el alcance que tienen Google y otros, me gustaría ver un escenario en el que pudiéramos acordar una prueba de evidencia para los casos en que los sitios web sean claramente fraudes y estafas -y debería decir que cada vez vemos más de esto- y si les presentamos las pruebas, estén preparados para retirar los sitios. No creo que quieran ser conocidos por albergar este tipo de actividades».
Bailey ha dicho que le gustaría que Google retirara la publicidad de estafas en un plazo de 48 horas desde que se le avisa. Grupos de consumidores como Which? y la prensa nacional también exigen que se tomen medidas y han sugerido que el dinero recaudado con la publicidad se reembolse a las víctimas de estafas o se entregue a organizaciones benéficas dedicadas a las deudas. Detecta las falsificaciones
Normalmente, los anuncios aparecen cuando alguien busca «altos rendimientos de inversión» o frases similares, y también ha habido varios casos en los que se ha utilizado a famosos para promocionar planes. En uno de ellos aparecía el famoso chef Gordon Ramsay: se afirmaba que había ganado millones con una plataforma llamada Profit Bitcoin. La publicidad de esta plataforma aparecía en la página de inicio de Microsoft y fue retirada tras una denuncia. También existe otro tipo de publicidad fraudulenta con el «corretaje fantasma», en el que se ofrecen seguros baratos que son fraudulentos y carecen de valor. No hay una solución única
Sin embargo, cuando se trata de eliminar toda la publicidad falsa, no hay una bala de plata. Hay que hacer varias comprobaciones antes de retirar la publicidad, lo que puede plantear problemas legales. Los anunciantes pueden tener su sede en el extranjero, lo que puede dar lugar a una mayor complejidad, y la propia Google es una empresa de propiedad estadounidense. Podría establecerse un requisito legal a través de la próxima legislación sobre «daños en línea». Se está redactando un proyecto de ley centrado en la protección de niños y adultos vulnerables frente a las amenazas digitales, y las enmiendas podrían ampliar su ámbito de aplicación. Además, se espera que la preocupación por los daños a la reputación provoque cambios. En particular, Martin Lewis, fundador de Money Saving Expert, presentó un caso en el que se utilizó su imagen sin permiso para promocionar una serie de sistemas de criptomonedas en Facebook. El año pasado se llegó a un acuerdo extrajudicial y Facebook aceptó donar 3 millones de libras para crear el servicio de Acción contra las Estafas de Citizens Advice, que ofrece ayuda individualizada a las personas afectadas por el fraude. Facebook también acordó crear una herramienta de denuncia de publicidad fraudulenta. Google recibió publicidad negativa cuando los servicios de consolidación de deudas se hicieron pasar por organizaciones benéficas. Quienes buscaban las organizaciones benéficas StepChange y National Debtline encontraban empresas que ofrecían servicios de pago, como el IVA. Aunque no se han prohibido por completo, el año pasado StepChange anunció que, tras una campaña, Google había acordado restringir la publicidad de los servicios de deudas únicamente a las empresas que cumplieran las nuevas normas de acreditación. Así pues, aunque existen varios obstáculos, parece que se están haciendo algunos progresos. Aun así, el activista Mark Taber, que sólo en 2020 ha denunciado a Google unos 100 anuncios fraudulentos, ha descrito la situación como «el juego del topo». Se ha descubierto que cuando se elimina un anuncio de Facebook, por ejemplo, puede empezar a aparecer en Instagram. El enfoque múltiple para eliminar -o al menos reducir- este problema debe seguir avanzando. Se está pidiendo a los proveedores que adopten un enfoque más vigilante y responsable y, para que esto resulte eficaz, deben sentirse obligados a hacerlo y creer que las consecuencias de la inacción serán perjudiciales para sus modelos de negocio, así como para el público.