El tiempo es dinero. Cada vez que la información se retrasa por la fricción de datos, hay un coste. La fricción de datos merma la productividad, es enemiga de la eficiencia y puede dejarte reaccionando ante algo no previsto por no disponer de los datos adecuados en el momento oportuno. Considera el coste oculto de la fricción de datos que acecha en tus procesos internos. Las hojas de cálculo suelen considerarse una opción de bajo coste para la gestión de riesgos, porque requieren poca formación para su uso y ya están instaladas en prácticamente todos los ordenadores. Sin embargo, si sumas los costes operativos del tiempo necesario para recopilar, formatear y consolidar datos manualmente, más los costes financieros asociados a los errores humanos, y los costes estratégicos de las oportunidades perdidas porque nadie tenía tiempo para un análisis en profundidad, esta solución «gratuita» puede no parecer una ganga. El tiempo que dedicas a consolidar los datos es tiempo que no se emplea en tomar las decisiones estratégicas que, en última instancia, podrían ayudar a reducir el coste del riesgo. El tiempo que el personal dedica a limpiar sus propias hojas de cálculo es tiempo que no se emplea en descubrir la causa raíz de una situación de seguridad. Cuando las ineficiencias se arraigan en las operaciones diarias, es posible que no te des cuenta de cuántas oportunidades se están perdiendo o del verdadero impacto en el balance final. Los socios externos tienen sus propios problemas de fricción. Múltiples sistemas, numerosos formatos de datos y diferentes requisitos normativos dificultan a los transportistas y TPA la conversión, consolidación y notificación de sus datos de forma rentable. Agregar, normalizar y transformar datos de cientos de fuentes es complicado y caro. Por desgracia, la fricción de sus datos se convierte en tu problema cuando no puedes obtener información crítica cuándo y cómo la necesitas. Lo extenso -y caro- que sea tu problema de fricción de datos depende de lo complejo que sea tu ecosistema de riesgos y de tu éxito en la gestión de las copiosas cantidades de datos necesarios. Cuantas más fuentes de datos y partes interesadas haya en tu ecosistema, mayor será la fricción, y mayor el coste. Lo que empieza como un ecosistema de riesgos relativamente sencillo, puede transformarse en algo mucho más complejo prácticamente de la noche a la mañana. Una nueva ubicación empresarial conllevará nuevas exposiciones. Una adquisición añadirá riesgos, incluidos algunos que pueden ser completamente ajenos a tus operaciones actuales. Los nuevos productos traerán riesgos de nuevos proveedores y una nueva cadena de suministro. Si tu tecnología, procesos y personal no son lo bastante sofisticados para gestionar el ecosistema en expansión, la fricción de datos resultante podría ser muy costosa. Comprender tu ecosistema de riesgos es fundamental para cuantificar los costes de la fricción de datos. Pregúntate a ti mismo:
- ¿Con qué facilidad fluye la información por tu ecosistema?
- ¿Tu filosofía de gestión del riesgo consiste en crear nuevo valor o en mantener bajos los costes?
- ¿Con cuántos corredores, TPA y transportistas trabajas?
- ¿Tienes varias unidades de negocio?
- ¿Cuántos centros y empleados?
- ¿En qué jurisdicciones operas?
- ¿A qué reguladores estás sujeto?
- ¿Quiénes son los directivos clave de tu organización?
- ¿Cuáles son tus fuentes de datos? ¿Dónde están alojadas?
Consulta nuestro blog, «5 pasos para desbloquear el flujo de información«, para saber qué puedes hacer para mejorar el flujo de datos, reducir la fricción de los datos y, en última instancia, reducir los costes.