Recopilar valores parece muy sencillo: Enviar hojas de cálculo a los que están sobre el terreno para que las rellenen, copiar y pegar las respuestas en una hoja de cálculo y enviar los resultados para su renovación. ¿Qué podría ser más fácil? En el mundo real, por supuesto, el proceso es cualquier cosa menos sencillo. Controlar quién ha respondido y quién no, agregar las hojas de cálculo, añadir nuevas propiedades y eliminar las vendidas puede ser una agotadora prueba de resistencia. Y, por desgracia, no se gana nada con tanto dolor.
Culpa del dolor al peor enemigo del Gestor de Riesgos: la fricción de datos.
La fricción de datos -es decir, cualquier cosa que obstruya el flujo de información- es lo que convierte un proceso aparentemente sencillo en una costosa carga. Entre las causas más comunes están las tecnologías dispares, la información estática y las partes interesadas aisladas. Estos obstáculos hacen perder tiempo, inhiben la comunicación y paralizan la productividad. Sin embargo, a menudo están tan arraigados en la vida cotidiana, que la gente no se da cuenta de la magnitud del problema o simplemente acepta la situación y sigue adelante. Tomemos como ejemplo el proceso de recogida de valores. Más allá del factor frustración, si la fricción de datos desvía tus valores, no podrás calcular correctamente tus exposiciones, lo que podría dejarte inmovilizado pagando coberturas innecesarias, o peor aún, infraasegurado y vulnerable a pérdidas catastróficas. La magnitud de tu problema de fricción de datos depende del tamaño y la complejidad de tu ecosistema de riesgos. ¿Cuántos corredores tienes? ¿Cuántos transportistas tienes? ¿Tienes unas pocas sedes en EE.UU. o cientos en todo el mundo? Cada vez que se retrasa la información, hay un coste. La fricción de datos merma la productividad, es la némesis de la eficiencia y puede dejarte reaccionando ante algo no previsto por no disponer de los datos adecuados en el momento oportuno. Dependiendo de lo sofisticado y complejo que sea tu ecosistema de riesgos, la tecnología de riesgos puede ser el arma secreta que tu organización necesita para combatir la fricción de datos. Tomemos como ejemplo ese doloroso proceso de recopilación de valores. Un Sistema de Información de Gestión de Riesgos (RMIS) automatiza prácticamente todos los pasos de la recogida de valores para las renovaciones. Los datos se introducen una sola vez en pantallas fáciles de usar para garantizar la coherencia y la precisión. La información que falta o está incompleta desencadena un recordatorio por correo electrónico a la persona responsable. Recibes informes de progreso periódicos sobre los datos que se han enviado, y cualquier valor inesperado se marca para que se investigue más a fondo. Los valores también se consolidan para mostrar los cambios y tendencias importantes de un año a otro, y todo se formatea listo para su envío al mercado. Ahora ese proceso, antes doloroso, suena mucho más soportable, ¿verdad? Identificar, abordar y minimizar la fricción es un proceso complejo e interminable. Requiere identificar las fuentes de fricción de los datos, priorizar las áreas de interés y, en última instancia, minimizar la fricción con cada una de ellas. Para saber más sobre cómo la tecnología de riesgos puede ayudar a combatir la fricción de datos, estate atento a los próximos blogs de esta serie, que incluyen las 3 cosas que frenan tus datos.