No en vano se dice que los datos son el «nuevo petróleo»: para las empresas, son un bien enormemente valioso, que crea ideas, permite el análisis e impulsa la competitividad. Y ahora, al parecer, los reguladores también están entrando en acción. La Autoridad de Conducta Financiera y el Banco de Inglaterra (que supervisa a las empresas a través de la Autoridad de Regulación Prudencial) han anunciado recientemente planes para trabajar de forma independiente y conjunta en el desarrollo de sus capacidades de datos y análisis.
La FCA introduce cambios
La FCA ha renovado recientemente la estrategia de datos que estableció por primera vez en 2013, afirmando que ha pasado de centrarse en cuestiones de recopilación y gestión a reflexionar sobre cómo han evolucionado la tecnología y la analítica. El objetivo es hacer un mejor uso de los datos y la analítica, permitiendo una regulación «más inteligente» y reduciendo también la carga para las empresas. En concreto, la FCA empezará a:

  • Revisar los datos históricos y evaluar dónde se han producido daños para aprender lecciones para el futuro.
  • Mejorar la forma en que utiliza la inteligencia para comprender mejor los daños y actuar con mayor rapidez.
  • Mejorar el uso del análisis predictivo para detectar patrones y tendencias en empresas, modelos de negocio y sectores, lo que permite intervenir más rápidamente si hay problemas.
  • Reforzar las capacidades analíticas para ayudar a tomar decisiones y establecer prioridades
  • Comparte datos de forma más eficaz y agiliza el trabajo

Playing catch up
Dado que cada vez más empresas reguladas utilizan técnicas de datos avanzadas, la FCA afirma que necesita comprender cuáles son para ser eficaz. La FCA también afirma que está sometida a una mayor presión para cambiar, debido al aumento del número de empresas que regula en última instancia, y cita la necesidad de una recopilación de datos y una automatización más eficaces. Su objetivo es probar y utilizar herramientas como el web scraping, el análisis de redes y el procesamiento del lenguaje natural en diversas áreas. También está previsto que parte del manual de la FCA sea legible por máquina. La FCA también creará unidades de ciencia de datos en determinadas divisiones y estudiará las nuevas oportunidades que podrían surgir de su migración a una infraestructura informática basada en la nube. Progresos del Banco de Inglaterra
El Banco de Inglaterra, por su parte, lanzó en enero un documento de debate titulado Transforming data collection from the UK financial sector (Transformación de la recopilación de datos del sector financiero británico). Este documento esboza planes para impulsar la eficacia en todo el sistema financiero y forma parte de una serie de medidas en respuesta al informe sobre el Futuro de las Finanzas. Éste fue elaborado por el financiero (y antiguo asesor de Mark Carney) Huw van Steenis, y en él se instaba al Banco de Inglaterra a lanzar una nueva estrategia de datos digitales. El documento pide aportaciones del sector para facilitar y agilizar la presentación de informes. El plazo para responder al documento de 56 páginas finaliza el 7 de abril, y está previsto crear «uno o varios» grupos de trabajo del sector a finales de este año, lo que dará lugar a un cambio formal de las reformas de la recopilación de datos que tendrá lugar a corto plazo y también en los próximos 5 a 10 años. La FCA y el BdE también han dicho que trabajarán en colaboración para explorar normas comunes de datos, encargar una revisión conjunta de las ramificaciones legales de escribir instrucciones como código y elaborar una revisión conjunta independiente sobre cuestiones relacionadas con el proyecto de informes reguladores digitales (DRR). Desarrollo de la RRC
Desde 2017, la FCA y el BdE trabajan conjuntamente en la RRC con la intención de mejorar la conectividad y encontrar formas de vincular la regulación, los procedimientos de cumplimiento y las políticas y normas de las empresas, con las aplicaciones transaccionales y las bases de datos de las empresas. Esto significaría que las empresas podrían suministrar automáticamente los datos requeridos por los reguladores, ayudando a reducir costes y a mejorar la calidad general de los datos. Sin embargo, mientras la FCA y el Banco de Inglaterra avanzan a toda máquina con sus planes, el Instituto Colegiado de Seguros ha comentado recientemente que los datos no son una panacea completa, y ha subrayado la necesidad de una intervención humana experta:

«Los datos por sí solos no bastan para evitar futuros perjuicios a los consumidores. Es vital que los datos vayan acompañados de una visión humana para garantizar que se comprenda plenamente la evolución del mercado. Las migas de pan digitales no pueden sustituir a los conocimientos adquiridos hablando con quienes asisten a los clientes

«.
El trabajo que están realizando la FCA y el Banco de Inglaterra en materia de datos bien puede conducir a un entorno normativo más progresista, pero estará sujeto a un estrecho escrutinio, y si no resulta suficientemente transformador o los proyectos fracasan, ambas instituciones podrían abrirse al escrutinio.