Por Jim Wetekamp, director general de Riskonnect.
Reimpreso según lo publicado por Forbes.

El año pasado estuvo lleno de riesgos inesperados, sorpresas indeseadas y consecuencias inimaginables. Organizaciones de todo el mundo se vieron sorprendidas por un riesgo que no habían previsto, y muchas siguen lidiando con las disparidades y fragilidades que ha dejado al descubierto la pandemia. Para colmo de males, la próxima catástrofe podría producirse en cualquier momento, incluso antes de que termine la crisis actual. El cambio climático, los ciberataques y el malestar social son los principales contendientes. O podría ser algo totalmente fuera del radar actual, como lo fue el COVID-19.

¿Cuál es tu nivel de riesgo?

Esa es la pregunta que se hace todo el mundo, pero es muy difícil de responder si estás configurado para gestionar el riesgo por tipo, responsabilidad departamental o si es asegurable o no. En el mundo real, el riesgo afecta a todas las áreas de la empresa. Debes ser capaz de ver todo el alcance de lo que tienes entre manos para comprender el riesgo que corres. Conseguir esa visión de conjunto no siempre es fácil. Empieza por analizar detenidamente cómo gestionas el riesgo. ¿Qué ha funcionado y qué no a la hora de afrontar los retos de la crisis actual? Ten en cuenta que el hecho de que algo se haya hecho siempre de una determinada manera no significa que sea la mejor forma de hacer el trabajo. A veces hay que romper con lo conocido para obtener la libertad de reimaginar lo que podría ser. Ahora es el momento de prepararse para la próxima «gran cosa». Rompe con tus viejas e ineficaces formas de gestión del riesgo y evalúa a las personas, los procesos y los sistemas que te darán la resistencia necesaria para soportar lo que venga después. Aquí tienes tres lugares por los que empezar.

1. Rompe tus silos

El riesgo no respeta las fronteras geográficas, los límites de las unidades de negocio ni las líneas de un organigrama. Algo como una filtración de datos -que se origina como un riesgo informático- puede desencadenar una avalancha de consecuencias interconectadas que afectan a los aspectos legales, la reputación, los clientes, los ingresos y mucho más. Los métodos tradicionales de gestión de riesgos, consistentes en gestionar los riesgos uno por uno o departamento por departamento, resultan inútiles ante un riesgo interconectado y de rápida evolución como éste. Para cuando las funciones aisladas llegan a un acuerdo sobre la acción, no sólo ha pasado el momento, sino que la situación a la que pensabas enfrentarte ha cambiado por completo.Sin embargo, según una encuesta de nuestra empresa, el 35% de las organizaciones afirman que sus procesos y tecnología de riesgos permanecen en gran medida aislados.Es hora de romper los silos de personas, datos y procesos y construir una visión sin barreras del riesgo en toda la organización. Con una visibilidad más amplia, comprenderás mejor el impacto total de esa violación de datos en la organización, de modo que puedas coordinar y priorizar rápidamente tus acciones para obtener los máximos resultados. Una mayor visibilidad también puede ayudarte a identificar y abordar riesgos aparentemente intrascendentes antes de que se conviertan en una bola de nieve y se conviertan en algo catastrófico.

2. Rompe tus sistemas de riesgo

Las universalmente amadas y siempre populares hojas de cálculo son fáciles de usar, fáciles de modificar y fáciles de compartir. El problema es que sencillamente no fueron diseñadas para manejar las enormes cantidades de datos, los intrincados cálculos o los numerosos usuarios que requiere la gestión del riesgo hoy en día. Gestionar el riesgo en una multitud de hojas de cálculo estáticas, propiedad de distintos departamentos, podría eventualmente conseguirte un informe, por ejemplo, pero hay muchas probabilidades de que los datos sean demasiado antiguos o incompletos para servir de mucho. El hecho es que no puedes tomar las mejores decisiones con visión de futuro utilizando datos retrospectivos. Sin embargo, el 62% de las grandes organizaciones siguen confiando en las hojas de cálculo para obtener información empresarial crítica.Rompe con las hojas de cálculo y reconstruye con una tecnología que te dará acceso instantáneo a los datos de riesgo en tiempo real para informar tu estrategia de respuesta. Acelera tu transformación digital para disponer de todos los datos de riesgos en un solo lugar donde puedan analizarse, compartirse y visualizarse de forma humanizada. Los datos oportunos y fiables son esenciales para adelantarse a la expansión del riesgo.

3. Rompe tu mentalidad de riesgo

La burocracia, el papeleo y los feudos personales te impiden obtener lo que necesitas para gestionar el riesgo con eficacia, es decir, información rápida y fiable en la que basar tus decisiones. Si la mano derecha no sabe lo que hace la izquierda, puedes acabar haciendo un trabajo duplicado o, peor aún, contradictorio. La coordinación, la comunicación y la toma de decisiones eficientes son fundamentales. Sin embargo, una cuarta parte de las organizaciones reconocen que no se comunicaron eficazmente en su crisis más grave.Rompe con la mentalidad de que la gestión del riesgo es tarea de otros y reconstrúyela con la cultura y las herramientas para que sea tarea de todos. Para que la gestión del riesgo sea realmente eficaz, debe formar parte del proceso de toma de decisiones en todos los niveles de una organización.

Y eso nos lleva de nuevo a la pregunta ¿Cuál es tu nivel de riesgo? Encontrar la respuesta ha adquirido una nueva urgencia en el entorno actual, donde los riesgos son más numerosos, más complejos y están más interconectados que nunca. Las verdades reveladas a lo largo del año pasado pueden orientarte hacia la resiliencia. Pero es importante comprender que las lecciones aprendidas sobre la gestión del riesgo en una pandemia no pueden referirse únicamente al COVID-19. De hecho, si no aprendes nada más que a luchar mejor en la última guerra, habrás perdido el objetivo. Canaliza ese conocimiento duramente adquirido hacia la construcción de una función de gestión de riesgos que reúna a las personas, los sistemas y la inteligencia que te ayuden a comprender plenamente el impacto de cada riesgo y las consecuencias de cada decisión. La función de gestión de riesgos del mañana no sólo te ayudará a responder bien a algo que ya ha ocurrido, sino que te dará la previsión para ver lo que hay en el horizonte y la agilidad para cambiar de rumbo. Ese es tu camino hacia la resiliencia.

Este artículo fue publicado originalmente por Forbes. Jim Wetekamp es miembro del Consejo de Tecnología de Forbes. Más información sobre la solución de Gestión Integrada de Riesgos de Riskonnect.