Las organizaciones han introducido docenas de cambios en las políticas de RRHH en respuesta a la rápida crisis del coronavirus. La preocupación inicial por los edictos sobre el trabajo desde casa y las restricciones a los viajes ha dado paso simplemente a mantener la seguridad de los empleados y el funcionamiento de la empresa, todo ello mientras se navega por una miríada de normas jurisdiccionales relacionadas con la pandemia que cambian constantemente. Tanto los empleados como las empresas se tambalean ante una cantidad de cambios sin precedentes. Y los empleados de todos los niveles siguen preocupados por su propia salud, la de sus familiares y la de sus empresas.
Los responsables de riesgos, cumplimiento y RRHH tienen que trabajar juntos para equilibrar los requisitos de la organización y las necesidades de los empleados con las realidades financieras. En una situación de crisis como ésta, es fácil perder de vista las consecuencias a largo plazo de cualquier política relacionada con el coronavirus que promulgues. Pero la forma en que manejes esta situación podría dar forma a la percepción de tu organización en los años venideros.
He aquí 7 estrategias para mitigar el riesgo humano relacionado con la pandemia de coronavirus:
- Dirige con empatía. Es el momento de que los líderes den un paso al frente y se aseguren de que la gente se siente escuchada y apoyada. Escucha los temores y preocupaciones de los compañeros, atiéndelos de la forma más productiva posible y proporciona información precisa y actualizada. Sé humano compartiendo experiencias personales, y anima a la gente a conectar entre sí mediante conversaciones informales en las llamadas. De hecho, el 40% de las organizaciones encuestadas recientemente por Gartner han establecido controles virtuales adicionales con empleados y directivos, y el 32% han introducido nuevas herramientas para reuniones virtuales. Reconoce que se trata de una situación desagradable y sin precedentes, pero que todos la superarán juntos.
- Orientar sobre el trabajo a domicilio. La gente trabaja exclusivamente desde casa mientras hace malabarismos con la educación en el hogar, los niños pequeños, las mascotas, los cónyuges y mucho más. El cambio de rutina puede suponer un reto para algunos empleados, sobre todo si se prolonga durante mucho tiempo. Ofréceles ayuda en aspectos mecánicos como la creación y el mantenimiento de un espacio de trabajo y la gestión eficaz del tiempo. Y establece nuevos protocolos, por ejemplo, cómo controlarás las solicitudes de entrada y de horas extra de los empleados por horas, y cuáles son las expectativas sobre cuándo deben estar disponibles los miembros del equipo para colaborar. Pero sé flexible mientras todos intentan adaptarse a la nueva normalidad.
- Dar prioridad a la seguridad. La OSHA ha publicado directrices, pero no reglamentos, sobre las normas de seguridad en el lugar de trabajo, lo que deja mucho abierto a la interpretación. Los protocolos sobre qué hacer si un empleado da positivo por coronavirus, por ejemplo, varían mucho, incluso dentro del mismo sector. Como mínimo, los centros de trabajo abiertos deben garantizar el cumplimiento de las normas de distanciamiento social y la correcta aplicación de los regímenes de limpieza para ayudar a proteger al personal. Deben seguir aplicándose todas las políticas y protocolos de salud y seguridad, y deben seguir vigilándose.
- Céntrate en el bienestar. Con toda la ansiedad inducida por el virus, ayudar a los trabajadores con su salud mental y física nunca ha sido tan importante. Recuerda a los empleados qué prestaciones tienen a su disposición: asistencia sanitaria, días de baja por enfermedad, tiempo libre y opciones de baja, etc. – y cómo acceder a estas ayudas.
- Añade formación. Muchas organizaciones han desplegado rápidamente nuevas plataformas de comunicación, como videoconferencias y documentos compartidos, para mantener a los empleados conectados y productivos. Asegúrate de que todo el mundo sabe utilizar estas herramientas y de que lo hace con eficacia. No des por sentado que todo el mundo sabe de tecnología.
- Fortalecer la planificación de la sucesión. ¿Qué ocurre si el director general está demasiado enfermo para trabajar? Varios directores generales ya han contraído el virus, que ha puesto en cuarentena a muchos de sus ejecutivos. Aunque muchas empresas -especialmente las públicas- tienen planes de sucesión detallados, pocas o ninguna han trazado una respuesta creíble a una pandemia de la magnitud del coronavirus. Revisa los procedimientos operativos de reserva para cuando enfermen empleados clave. Es importante identificar posibles sustitutos varios niveles por debajo de la escala corporativa, porque no sabes quién enfermará ni lo debilitantes que serán los síntomas. Los directivos y otros empleados clave deben ser capaces de sustituir a los demás en un instante.
- Retener el talento crítico. Con la caída en picado de los mercados financieros y el cierre de una parte importante de la economía, las empresas de todos los sectores y ubicaciones buscan recortar gastos y ahorrar dinero. Por desgracia, las nóminas suelen ser uno de los mayores gastos, y muchas organizaciones tienen que tomar decisiones difíciles para reducir ese gasto -incluidos despidos, bajas incentivadas, reducción de horas o cambio de situación laboral- sólo para seguir en activo. Piensa estratégicamente en cualquier reducción de plantilla. Conserva el talento crítico para poder recuperarte más rápidamente cuando mejoren las condiciones.
A medida que la atención se centra en la apertura de la economía, las empresas tendrán que desplegar una serie de tácticas para proteger a los trabajadores del coronavirus. ¿Cómo tranquilizarás a los empleados nerviosos diciéndoles que no les estás poniendo en peligro?
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