En un mundo en el que todo está interconectado, el brote de coronavirus está causando importantes trastornos empresariales. Las organizaciones que dependen en gran medida de una amplia red de proveedores externos están sintiendo los efectos de la ralentización de los plazos de entrega o incluso del cierre de la cadena de suministro. Para complicar aún más las cosas, los gobiernos están empezando a imponer estrictas medidas de cuarentena y a ordenar el cierre de empresas o la restricción del horario comercial. Y, por supuesto, está el componente humano del brote: aclimatarse a una mano de obra remota y posiblemente experimentar un aumento del absentismo y problemas de reincorporación al trabajo. ¿Se puede aprender algo de esta crisis devastadora? El coronavirus, junto con otras amenazas o catástrofes, nos está enseñando una dolorosa lección al poner al descubierto los puntos débiles de nuestras operaciones que, de otro modo, estarían ocultos a la vista. Estas debilidades están causando todo tipo de riesgos empresariales: reputacionales, operativos y financieros. Si aprendemos de ello estableciendo políticas y procedimientos adecuados de gestión de riesgos para eliminar o al menos mitigar los puntos débiles, entonces pasar por este doloroso proceso no habrá sido en vano. La lección definitiva es que las empresas deben anticiparse a las amenazas a su funcionamiento, ya se trate de una pandemia o de una brecha cibernética. La crisis del coronavirus pone de relieve cómo las organizaciones deben actualizar y ampliar sus planes de gestión de crisis y continuidad de la actividad, haciendo hincapié en los empleados, los clientes, los contactos de la cadena de suministro, las partes interesadas y los activos empresariales. Y no pueden olvidarse de evaluar cómo podrían responder los seguros a los costes relacionados con la pandemia.
Lecciones que aprender
La lección que podemos aprender de todo esto es que disponer de un proceso integrado de gestión de riesgos puede marcar la diferencia en la capacidad de una organización para ver los riesgos venideros y prepararse para ellos con rapidez y eficacia. La palabra clave aquí es integrado. A menos que todas las actividades relacionadas con el riesgo estén conectadas en un solo lugar, cada una de ellas se realiza de forma aislada, lo que hace casi imposible sumarlo todo y actuar lo más rápidamente posible. He aquí 6 consejos que te ayudarán a responder a la crisis actual del coronavirus, y a prepararte para la próxima vez que ocurra algo:
- Identifica qué peligros y qué grado de daño se producirían si una persona infectada estuviera en contacto con tus bienes o empleados.
- Establece cómo controlar cada riesgo. Esto puede incluir planes de limpieza y para permitir que los empleados trabajen desde casa.
- Crea un plan de comunicación para empleados, clientes y socios.
- Revisa continuamente las políticas y los procedimientos para que estén en consonancia con cualquier cambio de riesgo provocado por el coronavirus.
- Asegúrate de que los procesos de Gestión de la Continuidad del Negocio (BCM) se tienen en cuenta en tu programa de ERM.
- Haz un inventario continuo de todos los riesgos empresariales y asegúrate de que se dispone de cobertura para hacer frente a esas exposiciones.
En tiempos normales, los departamentos de compras y gestión de riesgos de terceros llevan a cabo la diligencia debida y la supervisión continua de terceros en varios ámbitos de riesgo. Pero con un acontecimiento como el coronavirus, las organizaciones deben actuar con rapidez para evaluar a sus proveedores y determinar cuáles son críticos, cuáles operan en las regiones afectadas y cuál puede ser el impacto. Aquellos proveedores que representen el mayor riesgo de impacto son los objetivos de la divulgación. Esto puede llevarse a cabo mediante un cuestionario en el que se pida a los proveedores que compartan detalles sobre cómo se ven afectados y documentación sobre las medidas que han tomado para mitigar y gestionar su respuesta. Otras sugerencias son
- Supervisa continuamente a los proveedores.
- Abastécete de dos o más proveedores en lugar de uno.
- Traza un mapa de las instalaciones de fabricación, almacenamiento y distribución de los proveedores para asegurarte de que no están todas ubicadas en la misma región.
Utilizando un enfoque integrado de gestión de riesgos para identificar y prepararse ante acontecimientos concretos como el brote de coronavirus -y estableciendo procesos y procedimientos para vigilarlos-, las mejores empresas estarán mejor posicionadas para evitar trastornos importantes.
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