Una evaluación de riesgos es una valoración de los riesgos potenciales y de su probabilidad de ocurrencia. Estas evaluaciones cuantifican el posible impacto sobre las personas, los bienes y las operaciones. También garantizan que tus controles y mitigaciones reducen eficazmente esos riesgos. Realizar una evaluación de riesgos de manera formalizada te ayudará a comprender mejor tu panorama de riesgos, de modo que puedas tomar decisiones informadas para salvaguardar tu empresa.
Cómo prepararse para una evaluación de riesgos
Una evaluación de riesgos empieza con la preparación. Recopila toda la información posible de informes de incidentes, información sobre proveedores, datos de formación de los empleados, etc. También querrás reunir los requisitos normativos pertinentes y las directrices del sector. Reúne un equipo sólido de personas con experiencias y perspectivas diversas para interpretar los datos recopilados. Define tus metas específicas y los resultados deseados, junto con los límites y objetivos. Determina las áreas, departamentos o proyectos concretos que quieres incluir. Y asegúrate de que asignas tiempo suficiente. Cuanto más exhaustiva sea tu evaluación, más valiosa será.
4 Elementos de una evaluación de riesgos
Una evaluación de riesgos exhaustiva implica un enfoque sistemático para identificar, evaluar y gestionar los riesgos potenciales. He aquí cuatro elementos esenciales para llevar a cabo tu evaluación de riesgos:
- Identifica los riesgos potenciales. ¿Qué acontecimientos o condiciones podrían amenazar a tu organización? Examina sistemáticamente las operaciones, los procesos y los factores externos para identificar lo que podría suponer un riesgo para tu organización. Dependiendo de tu sector, esto podría significar realizar inspecciones minuciosas de las instalaciones, revisar informes de incidentes, analizar tendencias relacionadas con el sector e incluso consultar a expertos en la materia. Utilizar la tecnología para ayudarte con cuestionarios personalizados o evaluaciones de proveedores te permite integrar información de diversas fuentes para obtener una imagen más completa del riesgo en tu organización.
- Determina quién o qué está en peligro. ¿Quién o qué podría resultar perjudicado? Evalúa el impacto potencial de cada riesgo en relación con los empleados, los consumidores o el público. Considera también el impacto potencial sobre la propiedad, las operaciones o los objetivos generales de tu empresa. La tecnología integrada puede ayudarte a comprender mejor las posibles vulnerabilidades y las consecuencias potenciales. Por ejemplo, la tecnología puede reunir datos aislados que residen en distintos departamentos y evaluar el impacto total en la organización. La tecnología integrada también puede descubrir conexiones previamente inadvertidas entre sucesos y efectos. Armarse con esta información te permite priorizar tus esfuerzos de gestión de riesgos y asignar recursos para abordar los riesgos más críticos.
- Cuantifica el posible impacto y la probabilidad de ocurrencia de cada riesgo. ¿Cuáles son las probabilidades de que se produzca este riesgo, y cómo de grave podría ser su impacto? Observar la probabilidad de un suceso de riesgo puede ayudarte a priorizar los recursos para asegurarte de que estás abordando los factores de riesgo más importantes a los que se enfrenta tu organización. El software puede hacer que este proceso sea más fluido y preciso, incorporando datos sobre sucesos pasados.
- Revisa los controles y técnicas existentes. ¿Funcionan tus medidas paliativas? Examina los controles y las medidas paliativas existentes para poder identificar las lagunas o las áreas que necesitan mejoras. Revisa y actualiza periódicamente estas medidas para garantizar su eficacia y precisión constantes.
Tras completar una evaluación de riesgos, comunica los resultados, junto con cualquier recomendación de controles, mitigaciones y planes de acción, a las partes interesadas pertinentes.
La importancia de seguir evaluando y controlando el riesgo
Una evaluación de riesgos es aún más valiosa si se utiliza como base para la supervisión y la mejora continuas. Establece un proceso regular para controlar, evaluar y actualizar los riesgos potenciales. Y aprovecha las herramientas tecnológicas que recopilan datos automáticamente y realizan un seguimiento de la eficacia de las estrategias de mitigación. Los riesgos no son entidades estáticas: pueden surgir, evolucionar o disiparse con el tiempo. La evaluación continua de los riesgos permite un enfoque más ágil y receptivo de la gestión de riesgos y fomenta una cultura vigilante y adaptable. Al reevaluar periódicamente tu ecosistema de riesgos, tu organización puede identificar rápidamente los nuevos riesgos, adaptarse a las circunstancias cambiantes y adelantarse a las posibles perturbaciones.
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