Para gestionar el riesgo de forma proactiva, tienes que ser capaz de anticiparte a los problemas que puedan surgir, y el Análisis Modal de Fallos y Efectos podría ser la solución. Aunque el nombre pueda sonar intimidatorio, el AMFE es simplemente un proceso para identificar problemas con antelación, de modo que puedas solucionarlos antes de que se conviertan en problemas reales, por ejemplo, en costosas reclamaciones. Es un poco como tener una bola de cristal para ver el futuro. Aquí tienes cuatro datos que debes conocer sobre el AMFE:
- De cara al futuro. Mientras que muchas actividades de gestión de riesgos se centran en revisar sucesos pasados, como los siniestros ocurridos el año anterior, el AMFE se centra en identificar los puntos débiles por adelantado para ayudarte a evitar problemas desde el principio.
- Estructurada. El AMFE es una forma sistemática, paso a paso, de señalar dónde y cómo puede fallar un proceso y evaluar el impacto relativo de ese fallo. Puedes aplicar el AMFE a cualquier proceso, suceso o categoría de siniestros de alto riesgo para identificar los puntos débiles e intervenir de forma proactiva. Aunque utiliza tácticas similares a las del Análisis de Causas Raíz (que identifica el origen de un problema que ya se ha producido) el AMFE va al siguiente nivel al identificar el origen de un problema que podría producirse en el futuro.
- De utilidad universal. Desarrollado originalmente en los años 50 por ingenieros del ejército, el AMFE ha sido adoptado por numerosas industrias -como la fabricación, el espacio y la aeronáutica y, más recientemente, los servicios- para reducir el riesgo, las lesiones a las personas y el coste total del riesgo. De hecho, la Comisión Conjunta de Acreditación de Organizaciones Sanitarias (JCAHO) exige ahora a los hospitales que utilicen un AMFE para elevar la seguridad del paciente en los procesos de alto riesgo.
- En colaboración. El AMFE es un ejercicio de colaboración en equipo que aprovecha la experiencia de los propietarios y usuarios de los procesos para poner de relieve los puntos débiles de los procesos existentes de alto riesgo o de un nuevo proceso antes de su implantación. Un AMFE también es una herramienta excelente para priorizar los esfuerzos de mejora y centrarse en las áreas que ofrecen el mayor rendimiento.
Si se realiza correctamente, un AMFE puede mejorar la seguridad, evitar costosas reclamaciones, aumentar la fiabilidad de los procesos y productos e impulsar la satisfacción del cliente. ¿Qué puede hacer el AMFE por tu organización?
Para saber más sobre el AMFE, incluido cómo llevar a cabo un AMFE en tu organización, descarga nuestro libro electrónico gratuito, Detener los problemas en seco: Cómo gestionar el riesgo de forma proactiva con el Análisis Modal de Fallos y Efectos.