Por Michael Rasmussen, The GRC Pundit y Analista, GRC 20/20 Research

En el panorama en rápida evolución de la gobernanza, la gestión de riesgos y el cumplimiento (GRC), la seguridad de la información está experimentando una transformación significativa. Esta evolución refleja la creciente complejidad e interconexión de los riesgos digitales a los que se enfrentan las organizaciones hoy en día. A medida que las empresas dependen cada vez más de las tecnologías digitales, las responsabilidades tradicionales del CISO se amplían, dando lugar a la gestión del riesgo digital y la resiliencia.

El CISO tradicional: una base en seguridad

La función de CISO nació de la necesidad de proteger los activos de las organizaciones en un mundo digital. La misión principal estaba clara: salvaguardar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los sistemas de información frente a las ciberamenazas. Esta función ha sido crucial para implantar medidas de seguridad como cortafuegos, sistemas de detección de intrusos y cifrado de datos para defenderse de posibles violaciones. Con el tiempo, las responsabilidades del CISO se ampliaron para incluir el cumplimiento de los requisitos normativos, la gestión del riesgo de los proveedores y la privacidad de los datos. Sin embargo, a medida que el panorama digital se ha vuelto más complejo, también lo han hecho los riesgos a los que se enfrentan las organizaciones. La seguridad informática ya no consiste sólo en evitar las violaciones de datos; ahora abarca un espectro más amplio de riesgos, incluida la resistencia informática, la continuidad empresarial y la capacidad de recuperarse de las interrupciones. La función del CISO, y con ella la seguridad de la información, aunque esencial, debe ampliarse para abordar toda la gama de riesgos digitales que las organizaciones deben sortear.

Un nuevo panorama: La necesidad de una gestión más amplia del riesgo y la resiliencia

El entorno digital actual se caracteriza por su interconexión y complejidad. Los riesgos ya no se limitan a incidentes aislados, sino que se extienden por toda la organización, afectando a todo, desde las operaciones de la cadena de suministro hasta la continuidad del negocio. El reciente incidente de CrowdStrike, en el que la interrupción de las operaciones de un proveedor crítico afectó a múltiples organizaciones, subraya la necesidad de un enfoque más integral de la gestión del riesgo digital. Los requisitos normativos complican aún más este panorama. Normativas como la Ley de Resiliencia Operativa Digital (DORA) de la UE, la Ley de Resiliencia Cibernética de la UE, la Resiliencia Operativa del Reino Unido y la CPS 230 de Australia están empujando a las organizaciones a adoptar una visión más holística e integrada del riesgo y la resiliencia.

La Evolución: De la Seguridad de la Información al Riesgo y la Resistencia Digitales

En respuesta a estos retos, el papel del CISO está evolucionando para incluir la gestión del riesgo digital y la resiliencia. Este papel ampliado refleja la necesidad de un enfoque más amplio e integrado de la gestión del riesgo digital. El papel del riesgo digital y la resiliencia no es sólo el de un guardián de la seguridad, sino el de un estratega responsable de garantizar la resiliencia general de la organización frente al conjunto de riesgos digitales, no sólo los de seguridad. Este papel en evolución debe desarrollar y aplicar un marco integral de gestión de riesgos que aborde todo el espectro de riesgos digitales, incluida la ciberseguridad, la resiliencia informática, la continuidad de la resiliencia empresarial y el cumplimiento. Este enfoque holístico garantiza que la organización no sólo esté protegida frente a las ciberamenazas, sino también preparada para recuperarse rápidamente de cualquier perturbación que pueda producirse.

Los Pilares del Riesgo y la Resistencia Digitales

1. Gestión holística del riesgo y la resiliencia. La organización debe desarrollar una estrategia de gestión de riesgos y resiliencia que aborde una amplia gama de riesgos digitales, desde las ciberamenazas hasta las interrupciones operativas. Esta estrategia debe incluir evaluaciones periódicas de los riesgos, la planificación de escenarios y la aplicación de medidas de mitigación sólidas.

2. Resiliencia operativa digital. Garantizar que la organización pueda recuperarse rápidamente de las interrupciones es un punto clave del riesgo digital y la resiliencia. Esto implica crear planes de recuperación bien definidos, realizar pruebas periódicas de resiliencia y mejorar continuamente la capacidad de la organización para responder a los incidentes y recuperarse de ellos.

3. Integración de las estrategias informáticas y empresariales. El riesgo y la resiliencia digitales desempeñan un papel crucial a la hora de alinear la gestión del riesgo digital con los objetivos empresariales generales de la organización. Al integrar la resiliencia digital y la gestión de riesgos en la estrategia empresarial más amplia, se contribuye a garantizar que los riesgos digitales se gestionan de forma que apoyen el crecimiento y la resiliencia a largo plazo.

4. Escenario proactivo e inteligencia de riesgos. Aprovechando el análisis de escenarios, los ejercicios de simulación y la inteligencia de riesgos avanzada, la organización se adelanta a los riesgos emergentes supervisando continuamente el panorama de amenazas y riesgos digitales y adaptando las estrategias para hacer frente a las exposiciones de riesgo en desarrollo. Este enfoque proactivo es esencial para gestionar la naturaleza dinámica y cambiante de los riesgos digitales.

5. Colaboración de las partes interesadas. Una gestión eficaz del riesgo digital requiere la colaboración de toda la organización. El CISO centrado en el riesgo digital y la resiliencia trabaja en estrecha colaboración con la dirección ejecutiva, los equipos de TI, las unidades de negocio y los socios externos para fomentar una cultura de resiliencia y responsabilidad compartida.

Un Enfoque Unificado de la Gestión del Riesgo y la Resistencia Digitales

A medida que el papel del CISO sigue evolucionando, es esencial que las organizaciones adopten un enfoque federado de la gestión del riesgo y la resiliencia. Esta estrategia implica crear un marco unificado que abarque todos los departamentos y funciones responsables de gestionar los riesgos digitales y las operaciones, servicios y procesos empresariales. Al establecer procesos estructurados, las organizaciones pueden garantizar un enfoque integral y coherente de la gestión de riesgos. Este enfoque unificado se apoya en tecnologías de gestión de riesgos y resiliencia y en fuentes de inteligencia de riesgos en tiempo real. Además, la inteligencia artificial desempeña un papel fundamental en la automatización de los procesos y proporciona una visión más profunda de los escenarios de riesgo y su impacto en el negocio.

Conclusiones: Abrazando el futuro de la gestión del riesgo y la resistencia

La evolución del CISO para incluir el riesgo digital y la resiliencia representa una progresión natural en la forma en que las organizaciones abordan la gestión del riesgo digital. A medida que las empresas navegan por las complejidades del panorama digital moderno, esta función desempeñará un papel fundamental para garantizar que no sólo están protegidas frente a las ciberamenazas, sino que también son resistentes ante las perturbaciones. Esta nueva función refleja un enfoque más amplio e integrado de la gestión de riesgos, que se alinea con los objetivos estratégicos de la organización y favorece el éxito a largo plazo. Al adoptar esta evolución, las organizaciones pueden asegurarse de que están preparadas para afrontar los retos de la era digital con confianza y resistencia.

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