El análisis de carencias es un método exhaustivo utilizado para comparar dos o más entidades y evaluar sus diferencias. Esta comparación puede identificar áreas de mejora o riesgos potenciales que pueden afectar a las operaciones, así como señalar discrepancias y oportunidades para mitigar estos problemas. También es una herramienta valiosa para cualquier tipo de escenario de gestión del riesgo operativo, ya que proporciona una visión objetiva de la situación, lo que permite a las partes interesadas tomar decisiones informadas cuando se plantean cambios. Además, las organizaciones pueden utilizar el análisis de carencias para analizar cualquier tipo de datos, como registros financieros, planes de proyectos y encuestas de opinión de los clientes. Un análisis de carencias puede adaptarse a necesidades específicas para maximizar su eficacia.
¿Qué es una evaluación de riesgos?
La evaluación de riesgos es el proceso de identificar, evaluar y gestionar los riesgos potenciales de una organización. Su finalidad es identificar y priorizar las áreas de riesgo, de modo que puedan adoptarse medidas para mitigarlas. Sin embargo, no implica necesariamente predecir los posibles resultados. En cambio, se centra en comprender lo que podría ocurrir y cómo responder adecuadamente. Por ejemplo, una evaluación de riesgos puede identificar un peligro potencial, como un incendio, y qué medidas deben adoptarse para reducir su riesgo. Esto podría implicar la aplicación de políticas o procedimientos, la inversión en equipos de seguridad contra incendios o la formación del personal sobre qué hacer en caso de emergencia. Asimismo, un sistema de evaluación de riesgos te permite integrar tu estrategia de riesgos empresariales con tus procesos de gestión actuales. Sigue un enfoque sistemático para recopilar información sobre los problemas existentes, analizar los datos y, a continuación, evaluar la probabilidad de posibles sucesos futuros y sus consecuencias asociadas.
Diferencias entre el análisis de carencias y la evaluación de riesgos
El análisis de carencias y la evaluación de riesgos van de la mano, pero tienen algunas diferencias clave:
- El análisis de brechas evalúa la diferencia entre dos o más entidades, mientras que la evaluación de riesgos se centra en identificar y evaluar los posibles riesgos de un proceso empresarial.
- El análisis de carencias no predice los resultados como lo hace una evaluación de riesgos; sin embargo, reconocer las oportunidades de cambio identificadas por el análisis de carencias puede ayudar a reducir o eliminar los riesgos a largo plazo.
- El análisis de carencias pretende identificar áreas de mejora o riesgos potenciales que puedan afectar a las operaciones. La evaluación de riesgos pretende identificar y priorizar las áreas de riesgo, de modo que puedan tomarse medidas para mitigarlas.
- El alcance del análisis de deficiencias abarca los procesos existentes comparados con los objetivos futuros, los recursos necesarios y el mejor uso de los recursos existentes. Un sistema de evaluación de riesgos sigue un enfoque sistemático para recopilar información sobre los problemas existentes, analizar los datos y, a continuación, evaluar la probabilidad de posibles sucesos futuros y sus consecuencias asociadas.
Aunque estas herramientas están relacionadas, cumplen funciones diferentes.
Tipos de lagunas en las empresas
Toda organización se enfrenta a lagunas entre lo que ocurre actualmente y lo que quiere conseguir. Algunos de los tipos de lagunas más comunes en las empresas son:
- Brechas de rendimiento: La diferencia entre lo que se consigue realmente y lo que podría conseguirse con mejores prácticas o procesos.
- Lagunas de conocimiento: Los conocimientos o habilidades necesarios no están disponibles o accesibles en la empresa.
- Lagunas de recursos: Una asignación inadecuada de recursos para alcanzar los objetivos de la organización.
- Brechas culturales: Diferencias de actitud, valores y creencias dentro de una organización.
El análisis de carencias proporciona una valiosa perspectiva al comparar procesos o prácticas de éxito e identificar cómo emular el mismo éxito en otras áreas de la organización.
¿Cómo afecta el análisis de carencias a la evaluación de riesgos?
La evaluación de riesgos y el análisis de carencias son elementos entrelazados de la gestión de riesgos, y comprender la relación entre ellos es clave para una mitigación eficaz de los riesgos. El análisis de carencias ayuda a identificar las áreas en las que una empresa puede ser deficiente, lo que permite tomar mejores decisiones en relación con la evitación de riesgos. La evitación de riesgos es una acción estratégica que toman las empresas para minimizar la posibilidad o el impacto de determinados riesgos. Es un elemento esencial de una buena gestión de riesgos, ya que permite adoptar medidas proactivas que mitigan la probabilidad de que se produzcan o su gravedad en caso de que el riesgo se materialice. Las empresas pueden prepararse mejor utilizando el análisis de carencias para evaluar dónde se quedan cortas las operaciones y, a continuación, aplicar tácticas adecuadas para evitar riesgos, como estrategias de ahorro adecuadas, crear colchones de seguros contra pérdidas o diversificar las inversiones.
Elementos de un análisis de carencias
Un análisis de carencias puede dividirse en tres elementos principales:
- Analizar el rendimiento actual: Se trata de evaluar la situación actual de la organización en cuanto a objetivos, planes y metas. El análisis del rendimiento ayuda a identificar cualquier área de bajo rendimiento o deficiencia.
- Analizar el potencial: Una vez evaluado el rendimiento actual, el siguiente paso es determinar el potencial de mejora. Esto implica tener en cuenta recursos como los activos, los procesos, las iniciativas y la competencia para determinar qué áreas necesitan un enfoque adicional para su optimización.
- Establece un plan para colmar las lagunas existentes: Una vez identificadas las lagunas, es hora de analizar cómo pueden colmarse.
Dependiendo del sector, lo que se necesita para salvar la brecha puede variar; podrían ser recursos adicionales, formación especializada o procesos mejorados.
Buenas prácticas en el análisis de carencias
He aquí algunas buenas prácticas para realizar un análisis de carencias:
- Define el alcance: Determina qué hay que analizar y establece los límites para evaluar los objetivos, los niveles de rendimiento, los recursos, los planes y las metas.
- Identifica objetivos: La mejor forma de hacerlo es tener unas directrices u objetivos claros que sirvan de referencia para el progreso.
- Recopila datos: Recopila datos relevantes que puedan afectar al rendimiento o a la asignación de recursos, como las tendencias del mercado, las opiniones de los clientes y las normas del sector.
- Prioriza las lagunas: Evalúa qué lagunas deben tener prioridad en función de la evaluación de riesgos y del impacto potencial en las operaciones.
- Desarrolla un plan: Crea una hoja de ruta que permita alcanzar los objetivos colmando las lagunas identificadas, como crear nuevos procesos, presupuestar más recursos o aplicar estrategias más eficaces.
- Poner en práctica y supervisar: Pon en marcha el plan con un seguimiento regular para asegurarte de que todos los pasos se están dando con precisión y eficacia.
Mejorar la comunicación interdepartamental puede ayudar a las empresas a identificar las discrepancias y permitir una mejor colaboración a la hora de desarrollar soluciones para colmar las lagunas. En última instancia, al comprender la relación entre el análisis de deficiencias y la evaluación de riesgos, las empresas pueden desarrollar estrategias proactivas para mitigar los riesgos, reducir los costes y optimizar las operaciones.
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