Los proveedores son fundamentales para el éxito de la mayoría de las organizaciones, pero también suponen un riesgo considerable. El truco consiste en asegurarse de que sus proveedores tienen lo que necesitan para funcionar bien sin comprometer a su empresa en el proceso. Antes de entregar las llaves del reino, aquí se muestra dónde los proveedores podrían hacerle vulnerable.
Riesgo estratégico. El riesgo estratégico surge de malas decisiones empresariales o de decisiones que no apoyan sus propios objetivos estratégicos. Elija proveedores que operen de forma coherente con su forma de hacer negocios.
Riesgo de reputación. Su reputación está en manos de sus proveedores, y basta con una mala interacción que se haga viral para infligir un daño duradero. Haga su debida diligencia por adelantado y contrate a proveedores en los que confíe. Un historial de quejas o mala prensa sobre un proveedor es una gran señal de alarma.
Riesgo operacional. El riesgo operativo es el riesgo de que su organización experimente un problema si fallan los procesos o el personal de un proveedor. Asegure la continuidad de la empresa creando un plan de contingencia en caso de que se produzca un fallo y realice comprobaciones periódicas del estado para que todo siga su curso.
Riesgo financiero. Los costes inesperados o la pérdida de ingresos de un proveedor pueden afectar negativamente a su cuenta de resultados. Vigile de cerca el presupuesto y las condiciones del contrato para minimizar el riesgo financiero. E incluya a determinados proveedores -como los que procesan transacciones financieras- en su estrategia de gestión del riesgo operativo.
Riesgo de cumplimiento. Usted podría ser responsable si un proveedor infringe las leyes, normas o reglamentos gubernamentales o del sector. Asegúrese de que dispone de la información y los procesos adecuados para evaluar el cumplimiento por parte de sus proveedores de la normativa legal correspondiente, así como de cualquier otro requisito que tenga para hacer negocios con su empresa.
Riesgo cibernético. Pueden producirse daños catastróficos en un abrir y cerrar de ojos. Especifique las directrices de seguridad en sus contratos y sepa quién tiene acceso a qué información. Y supervisa constantemente a tus proveedores para asegurarte de que se siguen los protocolos adecuados en todo momento.
No faltan los riesgos cuando se trata de proveedores. Pero estar prevenido es estar prevenido. Y hacer negocios con un proveedor será un poco menos arriesgado.