Por Jim Wetekamp, director general de Riskonnect
Los trastornos que se producen en todo el mundo están provocando cambios en la supervisión de los riesgos y haciendo que muchas organizaciones se planteen la posibilidad de incorporar un CRO. Considere las cifras: LinkedIn informa que el número de CROs en los Estados Unidos está aumentando. El Referencia de gestión de riesgos empresariales RIMS 2020 muestra que 20% de las organizaciones encuestadas han cambiado su forma de gobernar y supervisar la gestión de riesgos.
Aunque estas cifras están lejos de ser una oleada, representan un crecimiento positivo -y muy necesario- en el liderazgo del riesgo empresarial.
Los argumentos a favor de una CRO deberían estar ya muy claros. El panorama empresarial actual está plagado de riesgos no asegurables. Dejando a un lado las pandemias, la creciente sofisticación de los riesgos de terceros supone una amenaza para las operaciones empresariales, el rendimiento, la reputación y el crecimiento.
Los CRO tienen la ventaja de ver el riesgo de forma holística en toda la organización. Los CRO tienen la experiencia -y la influencia- para asesorar al resto de la dirección sobre el impacto total y estratégico de las amenazas asegurables y no asegurables y ofrecer orientación sobre cómo prepararse y responder. ¿Quién no querría tener a un CRO a su lado?
Recurrir a una CRO en 2021 es una decisión inteligente. Siga leyendo para conocer tres formas distintas en las que las CRO añaden valor.