Por Jim Wetekamp, DIRECTOR GENERAL, Riskonnectproveedor líder de software de gestión de riesgos integrados
Según lo publicado por Forbes, 12 de julio de 2021
El año pasado dejó al descubierto una serie de limitaciones, ineficiencias y puntos ciegos en la gestión de riesgos que llevaban años acechando silenciosamente bajo la superficie.
Las organizaciones que se habían contentado con gestionar el riesgo de la forma en que siempre se había hecho -a menudo en hojas de cálculo- se vieron de repente obligadas a tomar decisiones importantes que afectaban al futuro de la empresa sin prácticamente ningún dato creíble ni idea de qué curso de acción sería el mejor. La experiencia sacudió incluso a las organizaciones que salieron relativamente indemnes.
A medida que las empresas vuelven a ponerse en marcha, la resiliencia se ha convertido en el grito de guerra. Los líderes de todo el mundo se comprometen a reconstruir de forma que sus organizaciones sean más fuertes y adaptables a las condiciones cambiantes, pero pocos saben cómo hacerlo.
Rendimiento financiero frente a resistencia
Esto no es sorprendente, ya que el mercado ha favorecido durante mucho tiempo el rendimiento financiero sobre la resistencia. Los consejos de administración y los ejecutivos perseguían acuerdos con una financiación agresiva, sin pensar en los riesgos a la baja de un balance cargado de deudas.
Al mismo tiempo, las operaciones internas se han centrado en ofrecer más valor a través de la optimización. Los proveedores únicos de piezas críticas y la entrega "justo a tiempo" hicieron que las operaciones fueran más ágiles y menos derrochadoras que nunca.
Sin embargo, toda decisión empresarial es un compromiso. La búsqueda de la esbeltez sacrificó el colchón necesario para absorber los choques. De hecho, las recompensas de la hipereficiencia eran tan grandes que las organizaciones no se dieron cuenta de su creciente fragilidad.
Reorientar hacia la resiliencia
Si el pasado fue de optimización, el futuro será de resiliencia.
Las ondas superficiales causadas por pequeños cambios en el mercado podrían haber tardado años en madurar. Sin embargo, estas perturbaciones, aparentemente insignificantes, pueden convertirse en grandes trastornos en cuestión de meses, o incluso semanas. Las organizaciones tienen la mejor oportunidad de adaptarse a las nuevas condiciones si pueden ver las olas rebeldes mientras se forman. Como dice el refrán, quien está prevenido está armado.
Si no está obteniendo la información que necesita cuando la necesita, analice bien qué es lo que apoya su programa de gestión de riesgos y replantee lo que hay desde el principio. He aquí por dónde empezar:
- Replantea tus sistemas. En el calor del momento, su percepción sobre lo que está sucediendo puede distorsionarse fácilmente, lo que es un gran problema si no tiene datos fiables a mano para fundamentar sus decisiones. El tiempo no se detendrá mientras su equipo agrega manualmente los datos para crear un informe. Las decisiones deben tomarse ahora. ¿Puede permitirse las consecuencias de responder sobre la marcha?
Invierta en tecnología de búsqueda de datos para poder avanzar con sabiduría e inteligencia. Busque una solución que le dé acceso en tiempo real a los datos sobre riesgos. En lugar de tomar decisiones basadas en el instinto, podrá tener la visión necesaria para reaccionar rápidamente a las condiciones cambiantes, manteniéndose fiel a sus objetivos.
- Reconsidere el uso de los recursos. Por mi experiencia, he aprendido que hasta 80% del tiempo del personal se puede gastar en la gestión de documentos, hojas de cálculo y correos electrónicos, y eso no es raro si se está gestionando el riesgo manualmente. Mientras su equipo está ocupado en la búsqueda de cifras, los pequeños problemas no detectados se dejan supurar y crecer hasta que finalmente se identifican en un informe que podría producirse sólo una vez al año. Para entonces, tendrá un problema mucho mayor que resolver. ¿Está desperdiciando su capacidad intelectual en algo que podría hacerse más rápido -y mejor- con la tecnología?
Dedique su tiempo y dinero a la gestión de riesgos, no a la gestión de documentos. Automatice las actividades mundanas, como la recopilación de datos y la elaboración de informes, y reasigne esos recursos a proyectos en los que el toque humano añade un valor tangible a la empresa. Tendrá datos oportunos y fiables, un programa de gestión de riesgos más eficaz y, muy posiblemente, un equipo más feliz.
- Repiensa tus datos. El negocio de la gestión de riesgos genera una abundancia de datos que va mucho más allá de las capacidades de los seres humanos y sus fieles hojas de cálculo u otros sistemas de la vieja escuela. Sin embargo, la identificación del mejor curso de acción depende de su capacidad para dar sentido a los crecientes volúmenes de datos. Sin datos históricos y en tiempo real, se observarán fragmentos de hechos, no la imagen completa. ¿Está sacando el máximo partido a sus datos?
La consolidación de los datos sobre riesgos en un lugar de fácil acceso para todos los que los necesitan puede ayudarle a aprovechar su poder. La tecnología adecuada puede abordar sin esfuerzo la sobrecarga de datos, analizar las cifras en tiempo real y extraer la historia incluso de los conjuntos de datos más complejos. Una sola fuente de verdad para toda la organización puede facilitar la colaboración, minimizar las agendas conflictivas y darle acceso instantáneo a datos creíbles para que sea ágil frente a las fuerzas externas.
El reto de todo esto puede ser convencer a los demás del valor de la tecnología de gestión de riesgos integrada, y si eso es suficiente para justificar la inversión no insignificante de tiempo y dinero para implementar un nuevo sistema.
A la hora de determinar si debe realizar la transición a esta tecnología, considere sus procesos y recursos actuales y determine si podría obtener algún ahorro de costes directo. Asimismo, tómese el tiempo necesario para considerar las posibles ventajas y desventajas que su empresa podría obtener en términos de competitividad al contemplar la posibilidad de implantar o no una nueva solución.
La experiencia de la pandemia puso de manifiesto la necesidad de una gestión de riesgos resistente. Aunque los sistemas actuales de gestión de riesgos no estén rotos en el sentido literal, podrían paralizar a las organizaciones en el futuro. El mundo ha cambiado, y las prácticas de gestión de riesgos deben ajustarse para seguir el ritmo.
Creo que la resiliencia del siglo XXI requiere una tecnología del siglo XXI que le proporcione los cimientos lo suficientemente fuertes como para permitirle doblarse sin romperse.
Este artículo fue publicado originalmente por Forbes. Jim Wetekamp es miembro del Consejo de Tecnología de Forbes. Más información sobre Riskonnect Solución integrada de gestión de riesgos.