Los hechos marcan la diferencia entre confiar en las decisiones tomadas durante una crisis y reaccionar en caliente. Aproveche esta relativa calma dentro de la tormenta para construir competencias en las que desearía haber invertido antes. Aquí es donde hay que empezar:
- Consolide sus datos en un solo lugar.Los líderes necesitan acceso instantáneo a los datos de riesgo en tiempo real para tomar decisiones estratégicas difíciles que impulsen el éxito de la organización. Reúna todos los datos de riesgo -tanto de los riesgos asegurables como de los no asegurables- en un solo lugar en el que puedan analizarse, correlacionarse, compartirse y visualizarse de forma sencilla para la toma de decisiones racionales.
- Añade la automatización.La racionalización y la automatización de las tareas rutinarias para supervisar a los proveedores, el cumplimiento de las normas, la cadena de suministro, etc., añaden eficacia y coherencia a estas funciones, al tiempo que aceleran el tiempo de respuesta crítico en caso de crisis. La tecnología también puede conectar los datos de todas estas funciones, de modo que se comprenda plenamente el impacto de cada riesgo y las consecuencias de cada decisión, dentro o fuera de una crisis.
- Acelere su transformación digital.La transformación digital que ya estaba en marcha se vio impulsada a toda velocidad por la COVID-19. A medida que se cerraban las sedes físicas, las empresas se apresuraron a implantar nuevas tecnologías para apoyar el trabajo a distancia. Las plataformas de videoconferencia, los servicios de streaming y el software de intercambio de documentos son ahora rutinarios, incluso para los fans acérrimos de los archivos en papel. Y no hay vuelta atrás. Las respuestas deben estar en un lugar fiable y fácilmente accesible para todos. Período.
- Supervise a sus proveedores y socios externos.El coronavirus reforzó la importancia de controlar a los terceros a lo largo de toda la relación, no sólo en el momento de la incorporación. Revise regularmente a sus proveedores de alto riesgo para identificar problemas de seguridad u operativos. Y tenga un plan de corrección para cualquier riesgo crítico y vulnerabilidad que surja.
- Agilice su función de cumplimiento.Las empresas que operaban sin controles bien definidos antes de la pandemia se vieron abrumadas por el interminable flujo de recomendaciones, requisitos y mandatos emitidos a nivel federal y estatal, así como a nivel regional y local. Al replantearse sus procesos de cumplimiento en el futuro, asegúrese de tener controles claros y coherentes, así como tecnología de apoyo, para supervisar eficazmente el estado de cumplimiento.
- Cortar la cinta roja.La burocracia, los silos y los feudos personales le impiden obtener lo que necesita, es decir, información rápida y fiable en la que basar sus decisiones. Averigüe dónde hay cuellos de botella y solucione esos puntos de presión, para que los empleados no tengan que tomarse la justicia por su mano. Esté abierto a nuevas formas de pensar en cómo reducir la burocracia sin comprometer la integridad.
En una crisis, obtener los hechos rápidamente -y utilizarlos para informar su estrategia de respuesta- es esencial para un buen resultado. De lo contrario, cada decisión no es más que que un tiro en la oscuridad.
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